Escúchenlo. En el Evangelio del domingo sobre la Transfiguración, una voz proveniente de una nube dice, “Este es mi Hijo, mi escogido, escúchenlo”. Esto no suena muy difícil, sin embargo, escuchar verdaderamente a otra persona, en este caso, al Hijo de Dios, requiere más de nosotros. Escuchar supone una respuesta, una acción, un cambio de comportamiento, una entrega de la propia voluntad. Escuchar al Hijo de Dios significa seguirle a donde sea que nos lleve.
Pedro, Juan y Santiago pudieron vislumbrar a Jesús en su gloria divina. Pidamos para que nuestros sacrificios cuaresmales de oración, ayuno y limosna nos ayuden a seguir caminando fielmente por el camino que Jesús tiene para nosotros hacia nuestro destino final…¡el Cielo!
Traducción: Erika De Urquidi
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