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EL 2 de febrero la Iglesia celebra la Fiesta de la Presentación del Señor. Esta fiesta se conoce también como el día de la Candelaria. Al haber cumplido Jesús 40 días, la Ley de Moisés mandaba que fuera presentado en el Templo. San José y la Santísima Virgen, con la alegría de caminar en la ley del Señor, llevaron a Jesús para presentarlo.
Al entrar al Templo estaba el anciano Simeón, que era justo y piadoso y quien, movido por el Espíritu Santo, tomo en brazos a Jesús y lo bendijo, diciendo que él era la LUZ que iluminaria a las naciones. También estaba ahí una profetisa Ana que servía a Dios con ayunos y oraciones. ¡Ellos estaban llenos de vida! porque su vida estaba llena de Espíritu Santo, eran dóciles a su acción y sensibles a su llamado.
En este encuentro, Simeón y Ana reciben el gran regalo de presenciar con sus ojos a Aquel a quien Dios había prometido enviar. Su paciencia y su fe son recompensadas.
Oremos: Amado Señor, permite que seamos dóciles y sensibles a tu llamado y que sepamos permanecer fieles a nuestra fe. Amén.
Imagen: Adam Jan Figel/Shutterstock.com
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Que bien. Gracias!
¡Bendiciones!