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La voluntad de Dios se nos revela claramente en las lecturas del 13.o Domingo del Tiempo Ordinario: Dios quiere que sigamos a Jesús con todo nuestra alma, mente y corazón. En el Evangelio, algunos de los discípulos quieren arreglar sus asuntos antes de seguir al Señor. Tiene sentido, ¿no? Pero la respuesta de Jesús deja las cosas en claro: “El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”.
Cuando seguimos a Jesús, no debemos mirar hacia atrás. Más bien debemos mantener nuestros ojos en la meta: una vida eterna de felicidad con Nuestro Señor. Jesús se encargará de enseñarnos el camino de la vida, como oramos en el Salmo Responsorial.
Que tengamos la valentía de dar prioridad a Dios en nuestras vidas, sabiendo que, al final, nos saciaremos del gozo de su presencia y de alegría perpetua junto a él. Amén.
Imagen: Jonathan Antolin/Shutterstock.com