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Esta semana celebramos el Domingo de Pentecostés y el Tiempo de Pascua llega a su fin. Jesús nos envía a su Espíritu Santo para fortalecernos y darnos el coraje para propagar su Buena Nueva a todo el mundo.
Hoy, el mes de mayo también llega a su fin. La Iglesia dedicó este mes a María, nuestra Madre. Muchos de nosotros recitamos el Rosario todos los días durante el mes pidiendo por el fin de la pandemia, en respuesta a la invitación del Papa Francisco: “He pensado proponerles a todos que redescubramos la belleza de rezar el Rosario en casa durante el mes de mayo”.
A inicios del mes de mayo, mi abuela de 92 años invitó a toda mi familia a reunirnos por Zoom todos los días a las 6:00pm para rezar el Rosario. Ella nos guio con la misma devoción y claridad mental con la que lo ha hecho toda su vida. ¡Qué regalo tan maravilloso! Por otro lado, el 13 de mayo, más de 200,000 personas se unieron en las redes sociales para rezar el Rosario por el fin del coronavirus, respondiendo a la invitación de Eduardo Verástegui, un actor mexicano y católico devoto.
¿Por qué detenernos ahora? El Rosario es una oración maravillosa que podríamos rezar como parte de nuestra devoción diaria. Podemos rezarlo de forma individual, con nuestra familia o aprovechando iniciativas como Mapa de Esperanza (Map of Hope), que es un movimiento mundial que invita a la gente alrededor del mundo a conectarse entre sí para rezar el Rosario.
Madre celestial, traemos hasta ti nuestros miedos y ansiedad y pedimos tu intercesión ante tu Hijo, Jesús. Amén.
Imagen: kobryn taras/Shutterstock.com
