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A nadie le gusta pagar impuestos. Esto es tan cierto para las personas de la época de Jesús como para las de ahora. Los fariseos trataron de que Jesús dijera su postura con respecto a los impuestos que debían pagar los judíos a los romanos que invadieron sus tierras. Jesús pidió ver la moneda que se usaba para pagar los impuestos y alguien del grupo le dio una para que la viera. Jesús preguntó qué imagen estaba en la moneda. Le dijeron que era la del César. Jesús, entonces, pronunció la famosa frase: “Den, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. Este principio nos enseña cómo obedecer las leyes sociales y civiles y nos pide que revisemos bien dónde yace nuestra primera alianza cuando las leyes están en conflicto.
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Imagen: James Tissot (French, 1836–1902). The Tribute Money (Le denier de César), 1886–1894. Brooklyn Museum, purchased by public subscription.