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No estoy seguro qué edad tenía, o cuanto tiempo llevaba viendo los crucifijos antes de que se me ocurriera la idea de que Dios ha invertido mucho en todos los pecadores sin esperar retribución alguna. Recuerdo que, durante mi niñez, en ocasiones escuchaba a las personas religiosas haciéndose preguntas como: ¿Por qué Dios ha enviado a Jesús a la cruz?
La cruz es un sacrificio extremo. Creo que en esto todos estamos de acuerdo. No es una decisión que uno haría a la ligera. La cruz es una acción deliberada y costosa, que sólo es posible porque viene de un amor apasionado. La mayoría de nosotros ni siquiera nos imaginamos hacer una acción como esa, aunque amemos mucho a algunas personas.
De modo que Dios en realidad no desea condenar, sino salvar. Eso es lo que significa la cruz. Lo primero que Dios quiere es rescatarnos del pecado y la muerte. Las tres acciones de la creación, la redención y la santificación que se revelan en la Trinidad, buscan hacer que la salvación sea inevitable. Podemos condenarnos a nosotros mismos si así lo deseamos porque somos libres, pero tendríamos que hacer un gran esfuerzo para escapar de ese gran amor.
Mira a la cruz por un rato. ¿Qué te enseña sobre el amor que Dios tiene por ti?
Oremos… Ven Espíritu Santo y llena la Iglesia con los dones sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Has que los dirigentes de este país, ya sea que se sienten en el santuario o en los bancos, nos enseñen a todos el significado de la vida santa que necesita el mundo. Amén.
Imagen: Stefan Schweihofer from Pixabay
