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“Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo les daré alivio’’. –Mateo 11, 28
El verano para muchos es la mejor época del año, con más horas de luz que nos permiten tener un poco más de diversión cada día. Sin embargo, los problemas no toman vacaciones y las preocupaciones que nos agobian en diciembre, se sienten igual de pesadas en julio. Nuestra lista de oraciones sigue siendo muy larga, con los nombres de aquellos que necesitan sanación, trabajo, reconciliación y esperanza, o por cualquier otro motivo.
Jesús sabe muy bien lo que es llevar cargas demasiadas pesadas, y conoce bien el sufrimiento y la angustia. Él sabe lo que es perdonar al enemigo, cambiar la derrota por la victoria e incluso ha experimentado la propia muerte. Para aquellos que sienten que el trabajo no tiene ningún propósito, Jesús tiene muchas historias para contar sobre sus tres años de que parecía que nadie valoraba, seguido por la traición. Todo esto sin mencionar XX siglos de una Iglesia que no siempre ha sido muy fiel. En Jesús, encontramos un lugar en donde descansar nuestra carga.
Escribe tres cargas que hayas llevado por un tiempo y deseas ofrecer a los pies de la cruz, o ante una Biblia. Pídele a Jesús que las lleve contigo.
OREMOS… Señor, confesamos que no somos como tú deseas. Tú conoces muy bien nuestros defectos y nuestras debilidades. Tú ves el corazón de todos claramente. Inspíranos con el fuego de tu Palabra para encarnar la verdad de las Escrituras en nuestras vidas. Enséñanos a tomar riesgos por amor. Amén.
Debido a que El Evangelio en el hogar hace una pausa durante los meses del verano, tomaremos nuestras reflexiones semanales de Para meditar las lecturas dominicales por Alice Camille.
Imagen: LUMO project (Big Book Media) via freebibleimages.org